Zapato y cuerda

FETICHE

Las manos. Lo pies.

Las manos son para tocar,

para tocarte.

Guitarra, mujer.

Los pies son para andar

para encontrarte.

Mujer. Tus pies.

Monótono, indolente,

giraba el mundo.

No existía la mirada,

nada se oía en el cosmos,

hasta que unas manos

pulsaron las cuerdas pitagóricas

y nacieron todas las tormentas.

La vida era tediosamente plácida.

Pero tus pies, zapato negro,

llamaron en el techo de la Tierra,

hecho tablao del cielo,

y temblaron todas las tarimas

y afloraron todas las pasiones.

Nuevas razones para seguir vivos.

Las cuerdas que amarraban

mis manos a tu espejo

se colgaron de un cuerpo de mujer

y nació la guitarra.

Como el arte de las Cícladas demustra.

La mano pulsa las cuerdas

y hay un temblor en el aire,

taconeas golpes secos

y, al final, todo queda en silencio.

 

JESÚS MAZARIEGOS